EE UU y China expanden su competición al planeta rojo con la intención de ser los primeros en encontrar rastros de vida y sentar las bases de futuras colonias humanas
En apenas 10 días el mundo ha hecho historia de la exploración espacial. Estos días Marte y la Tierra están en su punto de acercamiento máximo, lo que abre una ventana perfecta para enviar allí misiones robóticas gastando el mínimo combustible. En esta ventana se han lanzado tres misiones espaciales al planeta vecino, lo que no sería muy extraño si no fuese por los países de los que vienen. Uno es el hasta ahora gran dominador de la exploración espacial mundial: EE UU. El otro es su mayor rival dentro y fuera de la Tierra: China. Y además, un orbitador de Emiratos Árabes alimentado con un sustancial presupuesto salido de la explotación de petróleo abrió el cupo de lanzamientos el pasado 20 de julio despegando con éxito desde una base espacial en Japón, el país al que los jeques encargaron el lanzamiento.
Este despliegue confirma el comienzo de una nueva era espacial en la que EE UU ya no es el líder absoluto. China ya disputa casi de igual a igual con este país la posibilidad de conseguir descubrimientos de gran impacto —encontrar el primer rastro de vida en otro planeta por primera vez—. Y esto es solo la antesala de lo que sucederá a partir de la próxima década con la llegada de humanos a Marte enviados por ambos países.
“China ha adelantado a EE UU a 400 por hora”, resume el ingeniero Jorge Pla-García, investigador del Centro de Astrobiología, en Madrid, y miembro del equipo científico de la misión estadounidense que ha enviado a Marte el vehículo de exploración Perseverance. Este coche de seis ruedas y más de una tonelada es indiscutiblemente el más grande, pesado y completo que se haya enviado nunca al planeta rojo. Pero China va disparada; camino de conseguir en 20 años lo que a EE UU le llevó 40. “China ya es el líder mundial en exploración espacial. Es el país que más cohetes lanza por tercer o cuarto año consecutivo; quieren ir a Marte a la primera, han llegado a la cara oculta de la Luna y han germinado plantas allí. Es impresionante lo que están haciendo”, reconoce Pla-García.
Las misiones de EE UU y China son a la vez una muestra de poderío tecnológico y curiosidad científica. La misión Tianwen-1 será la primera que intente enviar a Marte una sonda orbital, un módulo de aterrizaje y un vehículo móvil que recorrerá la superficie del planeta. Ningún país había intentado algo así en su primera misión al planeta rojo. EE UU, por ejemplo, envió su primera misión a este planeta en 1964 y pasaron 32 años hasta que envió su primer vehículo móvil, el Sojourner. La misión china recibe su nombre de un poema fundacional de la literatura oriental escrito hace más de 2.000 años en el que Qu Yuan formulaba “preguntas a los cielos”. Una de ellas era cómo surgió el universo.
La Tianwen-1 va a aterrizar en Utopia Planitia, un cráter del hemisferio norte que para China presenta las condiciones perfectas para un primer intento de aterrizaje: es una zona poco elevada, con lo que hay más atmósfera para que el aire frene a la nave en su descenso y en teoría su superficie es poco accidentada. En 70 años de historia de exploración espacial solo EE UU ha conseguido posar vehículos en Marte con completo éxito. La última en fracasar fue Europa con su misión de prueba Exomars en 2016.