Por Naseem Miller en Cobertura del coronavirus
El entusiasmo de los estadounidenses hacia las vacunas para prevenir el COVID-19 está creciendo. En enero, más de cuatro de cada 10 adultos dijeron que recibirán la vacuna cuando esté disponible de forma gratuita, en comparación con el 34% en diciembre, según una encuesta reciente de la Kaiser Family Foundation.
Entretanto, el porcentaje de adultos que dijeron que quería “esperar y ver cómo funciona” ha caído del 39% al 31% entre diciembre y enero, según muestra la encuesta de KFF. También ha habido una ligera caída en el porcentaje de adultos que dijeron que solo recibirán la vacuna si es necesario y de aquellos que dijeron que “definitivamente no la recibirán”.
Aun así, el despliegue de vacunas ha echado luz sobre un segmento de la población que no había recibido mucha prensa antes de la pandemia: las personas que dudan de las vacunas. La Organización Mundial de la Salud define la reticencia a la vacunación como “la tardanza en aceptar vacunas seguras o el rechazo a dichas vacunas pese a la disponibilidad de los servicios de vacunación”, y explica que dicha reticencia está influenciada por factores como la desinformación, la complacencia, la comodidad y la confianza.
En 2019, la OMS incluyó la reticencia a las vacunas como una de las 10 principales amenazas para la salud mundial, por lo que es importante que los periodistas informen sobre el tema y eduquen al público, pero también es fundamental distinguir a quienes dudan de las vacunas de los llamados “antivacunas”: un grupo pequeño pero efusivo que aboga activamente contra la vacunación.
“Los antivacunas no son como quienes tienen dudas”, dice la periodista científica Melinda Wenner Moyer, quien ha escrito sobre el tema para el New York Times. Ella describe a los antivacunas como “personas que comparten obstinadamente información errónea y falsa y tratan de convencer a otros de que las vacunas no son seguras. Pero la mayoría de la gente no es así. La mayoría de las personas se encuentran en algún punto de un espectro de duda; tal vez tienen una pregunta que les incomoda y quieren que sea respondida”.
Tómate el tiempo de investigar qué dudas sobre las vacunas hay en tu comunidad y explica los matices a los lectores.
“Las personas que dudan de las vacunas son un grupo muy heterogéneo”, dice Maryn McKenna, periodista científica, autora y miembro principal del Centro para el Estudio de la Salud Humana de la Universidad de Emory. “Trata de dejar en claro al lector o al espectador que la vacilación ante las vacunas no es algo fijo, sino un espectro. La gente llega a ese espectro con distintos grados de confianza o incredulidad por distintas razones”.
Preguntamos a varios investigadores y periodistas cómo creen que se debería cubrir el tema de renuencia a vacunarse. Aquí, seis recomendaciones importantes.