Las temperaturas extremas, sobre todo en las ciudades, afectan a la salud, pero poner el aire acondicionado al máximo no es bueno para el planeta, ni para el bolsillo. El Gobierno aprueba medidas de ahorro energético
Por Sonia Recio /Cortesía Eroski Consumer
Las alertas por altas temperaturas se suceden este verano. Que el termómetro sobrepase los 40 grados ya ha dejado de ser una excepción. En julio se contabilizaron nueve días con registros de calor extremo en España. Y viene lo peor. Según la Organización Mundial de Meteorología, todo empeorará a partir de 2024: hay un 20 % de posibilidades de que las temperaturas globales superen de media el umbral de 1,5 grados. La exposición a temperaturas extremas, por exceso o por defecto, produce estrés térmico. El que está asociado al calor provoca una sensación de malestar que se manifiesta con síntomas, como náuseas, fatiga, calambres, agotamiento y desmayos (lo que conocemos como golpes de calor). Incluso puede causar la muerte. En este artículo te damos las pautas para combatirlo.
☀️ Qué es el estrés térmico
El estrés térmico es la respuesta del organismo ante subidas o bajadas desmesuradas de las temperaturas. En el ámbito laboral es una circunstancia que debe ser tenida muy en cuenta. La falta de climatización, la exposición a fuentes de calor, la ropa, el tipo de trabajo, el estado de salud, la edad, la falta de descanso o trabajar durante muchas horas son importantes condicionantes.
Aunque cada persona presenta distinto umbral de tolerancia térmica, es importante tomar precauciones y actuar a tiempo. Aquellos individuos con patologías respiratorias, cardiovasculares o enfermedades cutáneas son los más vulnerables.
Por encima de los 40 grados, los golpes de calor agudo pueden provocar la muerte. De acuerdo con el Sistema de Monitorización de la Mortalidad diaria (MoMo), en el mes de julio 2.124 personas han perdido la vida por causas atribuibles a las altas temperaturas (cuatro veces más que en 2021).
Tal y como recomienda María Sánchez, e-Health Manager de Cigna, “prevenir sobre los peligros asociados al incremento brusco de temperaturas puede reducir el número de casos o episodios de estrés térmico, especialmente en el caso de personas de edad avanzada o con problemas cardiovasculares y respiratorios, que son más sensibles, y el grupo de población más vulnerable de cara a estos episodios”.
☀️ Cómo prevenir el estrés térmico
Para evitar la aparición de episodios de estrés térmico, los expertos nos dan estos consejos:
? Detectar los síntomas a tiempo
Náuseas, fatiga, calambres musculares, agotamiento y desmayos son algunas de las señales del estrés térmico. También lo son la aceleración del pulso cardíaco, la elevación de la temperatura corporal, la sudoración, el malestar general, la desorientación o la confusión. Si los sufres, no los pases por alto: acude a un centro médico.
?️ Adaptar el ritmo y el puesto de trabajo
El centro de trabajo debe tener una temperatura adecuada y bajos niveles de humedad. Si se requiere mucho esfuerzo físico, las pausas han de ser más frecuentes y los lugares de descanso, frescos. Llevar ropa cómoda, suelta y de colores claros, así como adaptar el ritmo de actividad a la tolerancia que tenga cada empleado al calor, es también importante.
? Vigilar el agotamiento físico y mental
El calor afecta negativamente al cerebro, el órgano encargado de autorregular la temperatura corporal. Por encima de 40 grados sufrimos fallos en la memoria a corto plazo, dificultades en la capacidad de atención y nuestros reflejos son más lentos.
Cubrir la cabeza para evitar una exposición directa al sol o mantenerse bien hidratado son dos sencillas herramientas para evitar los golpes de calor producidos por las altas temperaturas. Beber un vaso de agua fresca (que no helada) cada 15-20 minutos, incluso aunque no se tenga sed, es lo recomendado.
? Comidas ligeras y fáciles de digerir
En verano el cuidado de la dieta es especialmente importante. Hay que consumir alimentos ricos en agua, como verduras y frutas. Por el contrario, la ingesta de bebidas alcohólicas y azucaradas debe restringirse al máximo.
? Dormir bien para vivir mejor
Lo idóneo es descansar entre siete y nueve horas diarias. Con este tiempo la productividad y concentración será óptima y mejorará el sistema inmunitario. Utilizar ropa de cama ligera, no consumir cafeína, realizar ejercicio físico en las horas previas al sueño y probar con una ducha de agua templada contribuyen a un mejor descanso.
☀️ Temperaturas abrasadoras en las ciudades
En las grandes ciudades la sensación de calor sofocante es mayor que en el entorno rural. De acuerdo con un estudio (‘Global urban population exposure to extreme heat‘) publicado en la revista científica oficial de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos (PNAS), las urbes tienen unas temperaturas más altas por la falta de vegetación y la proliferación de cemento, asfalto y otras superficies impermeables que concentran el calor. Este conjunto de circunstancias se denomina «isla de calor».
En la actualidad, unos 1.700 millones de personas, casi una cuarta parte de la población mundial, vive en zonas urbanas. En Europa, un 75 % reside en ciudades, conforme a los datos del Ministerio de Transporte de España. En la agenda de los gobernantes está mitigar esas “islas de calor”. La construcción de parques y edificios inteligentes y sostenibles puede ayudar a regular la temperatura. Adoptar medidas que controlen el gasto energético también suma.
☀️ Reducir el gasto energético
Combatir el calor poniendo al máximo el aire acondicionado no es bueno para el planeta. Con el objetivo de reducir el gasto energético y, por ende, ayudar a contener la contaminación urbana, el Gobierno acaba de aprobar un paquete de medidas urgentes.
El plan contempla la limitación de la temperatura en dependencias administrativas, transportes públicos, comercios y establecimientos hosteleros. En estos lugares no se podrá climatizar por debajo de los 27 ºC en verano y por encima de los 19 ºC en invierno. Además, las puertas deberán quedar cerradas para garantizar el confort térmico.
Estas restricciones están en la línea de las recomendaciones del IDAE (Instituto para la Diversificación Energética) para ahorrar energía moderando el consumo y aumentando la eficiencia. Según este organismo, por cada grado que se sube o baja la temperatura, el consumo de electricidad aumenta entre un 5 % y un 7 %.