Por: Otoniel Perez / Cortesía FGR
San Salvador. Con suficientes pruebas, la Fiscalía General de la República logró demostrar que Luis Eduardo Mejía Mencía asesinó con lujo de barbarie a su padre, hermano, abuela y madrastra, con el fin de cobrar una herencia. Por el crimen cometido en el municipio de Ayutuxtepeque, a Eduardo se le impuso una condena de cárcel de 180 años.
La resolución establece la pena de 50 años de prisión por cada uno de sus familiares con el mismo grado de consanguinidad, es decir, su abuela materna Berta Marina Miranda de Mejía, su padre Oscar Eduardo Mirada Mejía, su hermano Oscar José Miranda Mencía y 30 años por el homicidio de la señora Berta del Socorro Santos de Mejía, madrastra.
De acuerdo a las evidencias, el motivo de los asesinatos fue económico, y pese a no residir con su núcleo familiar recibía apoyo económico para su sobrevivencia.
“Era una persona que no laboraba, pero siempre pasaba pidiéndoles dinero e inventaba coartadas para conseguirlo, como ejemplo que era objeto continúo de amenaza por parte de pandilleros extorsionistas, quienes le exigían grandes cantidades dinero a cambio de no atentar contra él ni contra sus familiares, algo que era totalmente falso”, dijo la fiscal de la Unidad Especializada de Delitos de Homicidio.
Al enterarse de sus oscuros pasos y de las perversas intenciones que siempre tuvo, sus familiares decidieron darle la espalda y evitar seguir apoyándolo, lo cual enfureció al imputado y en la fecha del 18 de marzo decidió quedarse cerca de la vivienda y por la noche ingresó a la misma para cometer el cuádruple homicidio con un arma corto punzante.
Dentro de la abundante prueba presentada por la FGR a lo largo del proceso destaca, el relato de dos agentes policiales que acudieron al lugar de los hechos minutos después que el imputado cometiera el crimen; en los mismos se establece que Eduardo les manifestó que fueron tres asaltantes los que ingresaron a la vivienda a cometer el hecho, no obstante, eso quedó desvirtuado posteriormente con la revelación que hizo un testigo criteriado, quien reveló la verdadera versión de lo acontecido.
El juicio se realizó en el Juzgado Sexto de Sentencia de esta capital.