“Yo seré presidente de EE.UU Unidos, no vicepresidente”. El candidato demócrata reconoce errores en la política migratoria del Gobierno del que formó parte

Por:Joel Cazorla  tomado de La Opinión /Periódico La Edición

El último debate presidencial puso por fin el foco -aunque solo por pocos minutos- en la inmigración, un tema que centro la campaña electoral hace cuatro años pero que ahora ha perdido fuerza, pese a los constantes ataques de la Administración Trump contra un sistema migratorio ya defectuoso.

La moderadora Kristen Welker introdujo el tema preguntando al presidente Donald Trump sobre la separación de familias en la frontera sur. Esta misma semana, las organizaciones encargadas de reagrupar a los menores con sus padres dijeron que aún no han podido encontrar a los progenitores 545 niños y niñas que llegaron a Estados Unidos en el año 2017, antes de la entrada en vigor oficial de la política de ‘tolerancia cero’.

El presidente evitó abordar el tema hablando sobre los coyotes y la seguridad fronteriza. La organización RAICES replicó desde su cuenta de Twitter que había sido su Administración y no los coyotes quienes habían arrebatado a los menores de los brazos de sus padres.

Biden también se refirió al drama de la separación de menores y a las dificultades para llevarlos de vuelta con sus familias. “Los separaron de sus padres a modo de desincentivo”, apuntó. “No es que los coyotes los hayan traído, sus padres estaban con ellos. Los separaron de sus padres. Y nos convierte en el hazmerreír y viola todas las ideas de quienes somos como nación”, añadió.

Cuando Welker insistió para que respondiera a su pregunta, Trump redirigió el discurso para atacar a la Administración Obama y a su vicepresidente, Joe Biden. El mandatario les acusó de haber creado las “jaulas” para niños migrantes cuyas imágenes han recorrido el mundo y han hecho saltar las alarmas de organismos e instituciones internacionales que defienden los derechos humanos y los derechos de los menores.

Biden no respondió frontalmente al ataque de su adversario, sino que se limitó a lanzar su propuesta estrella en materia migratoria: facilitar el camino a la ciudadanía para los 11 millones de personas indocumentadas que se calcula que hay en el país. El demócrata también puso sobre la mesa “la miseria a la que se enfrentan al otro lado del río” quienes buscan una vida mejor en Estados Unidos.

Welker preguntó a Biden por qué los votantes debían confiar en él en materia migratoria después de los ocho años de políticas de Obama, ampliamente criticadas por sectores que defienden los derechos de los migrantes. “Porque nos equivocamos. Tomó mucho tiempo hacerlo bien. Yo seré presidente de Estados Unidos, no vicepresidente de Estados Unidos”, afirmó en un extraño intento de distanciarse de las políticas de Obama.https://44b32dd332ab5e859e0998379ab9997b.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-37/html/container.html

Una de las razones que puede ayudar a explicar la baja popularidad de Biden entre los votantes latinos es precisamente el acercamiento de la Administración Obama a la inmigración, que le valió al expresidente el apodo de “deporter in chief” (jefe de las deportaciones). En cualquier caso, es necesario aclarar que las encuestas muestran que este no es el tema que más preocupa a la comunidad.

En el debate, Trump también pudo resucitar su retórica racista en contra de la inmigración vinculando de nuevo a las personas que cruzan la frontera sin autorización o que vienen a pedir asilo con “asesinos y violadores”. También volvió a aludir a su 400 millas de muro fronterizo, aunque la mayor parte han sido reconstrucciones y terminará su mandato muy lejos de su objetivo y sin conseguir que México pague por las obras.

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