Por Santiago Leiva/Periodista La Edición
San Salvador.-Hoy el país se viste de azul y blanco, celebra 199 años de la independencia patria, un dato registrado en un pergamino histórico, pero que en la práctica es más un espejismo que realidad. Y es que si bien se abolió la esclavitud seguimos trabajando como “negros” y siguen vigentes las mismas prácticas de hace más 200 años.
¿Existe independencia?, la interrogante puede ofrecer respuesta en distintas direcciones desde sensatas hasta descabellada como la mía.
Para mí la esclavitud sigue vigente, y al igual que la paz, la independencia es un tema pendiente, pues en la realidad solo ha cambiado de forma.
Las constancias de pertenencia que supuestamente se abolieron hace 199 años, hoy con toda facilidad pueden recibir el nombre de contratos de trabajo. Y sí, hay paga a cambio de servicio, pero las jornadas de trabajos son maratónicas y esclavizadoras.
Así, el nuevo amo es el dinero, y la esclavitud imperante en El Salvador y la mayor parte del mundo es producida por la necesidad, misma que obliga a trabajar y a perder libertades.
El país también adolece de otro tipo de libertades. En los últimos 15 años para movilizarse a adoptado la categoría de hazaña, y algunas colonias y comunidades es necesario moverse en pinganillas.
Tampoco el periodo de conquista ha terminado. Si en aquel tiempo los españoles cambiaban sus espejismos por oro a nuestros indígenas, hoy nuestros campesinos y personas más humildes cambian su libertad (votos), por escobas, delantales y hasta CD de música piratas.
Al final son esos votos los que les llevan al poder, y aunque teóricamente nos convertimos en amos al pagar cubrir sus salarios con nuestros impuestos, terminamos produciendo nuestra propia esclavitud.
