La obra es una muestra de la conmoción sin igual que generó la muerte del astro argentino y de cómo su figura sigue siendo un símbolo de resistencia para los habitantes de los lugares más desfavorecidos del mundo

Tomado cortesía de Infobae/Periódico La Edición

Aziz Asmar posa junto a su mural de Maradona (Muhammad HAJ KADOUR / AFP)

Unas fotos tomadas en Siria están dando la vuelta al mundo. Muestran una casa destruida, rodeada de escombros. Más arriba, en una de las paredes que sobrevivieron a la destrucción, aparecen una bandera argentina y un retrato inconfundible: el de Diego Armando Maradona. En ese lugar, en medio de la devastación de la guerra, alguien encontró un momento por conmemorar la muerte del mejor futbolista de todos los tiempos.

El mural es obra del artista sirio Aziz Asmar. Fue realizado en una casa destruida en Binnish, poco después de conocerse la muerte del astro argentino. El lugar se encuentra en la región de Idlib, la única que escapa todavía al control del régimen de Bashar al Assad.(Muhammad HAJ KADOUR / AFP)(Muhammad HAJ KADOUR / AFP)

Asmar, conocido por los grafiti con los que embellece los restos de bombardeos que deja la guerra en su país, explicó en un posteo en las redes que la obra fue una manera para llamar la atención al mundo sobre la causa de los rebeldes sirios, que luchan contra la dictadura de Assad desde 2011, y como un mensaje de esperanza para el fin del conflicto.(Muhammad HAJ KADOUR / AFP)(Muhammad HAJ KADOUR / AFP)

Pero también fue una muestra de la conmoción sin iguales que generó la muerte de Maradona y de cómo su figura sigue siendo un símbolo para los habitantes de los lugares más desfavorecidos del mundo.

De hecho, Idlib es una de las zonas de Siria más golpeadas por el sangriento régimen de Assad. La provincia se ve castigada a menudo por bombardeos y ataques de artillería, pese al endeble alto el fuego decretado en marzo en esta región en la que viven unos tres millones de personas.(Muhammad HAJ KADOUR / AFP)(Muhammad HAJ KADOUR / AFP)

La tregua decretada en marzo y apadrinada por Rusia, aliada de Al Assad, y por Turquía, que apoya a ciertos grupos rebeldes, puso punto final a una cruenta ofensiva de Damasco que costó la vida de más de 500 civiles, según organizaciones de derechos humanos. Aún así, los bombardeos y las muertes continúan, los últimos hace apenas unas semanas.

La guerra en Siria estalló en 2011 y dejó hasta ahora más de 380.000 muertos y varios millones de exiliados forzados.

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