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Melvin Muñoz es actualmente una de las figuras más relevantes del paratenis de mesa en El Salvador, con 30 años de carrera deportiva ha logrado competir en dos ciclos paralímpicos y múltiples eventos de talla mundial.
Por lo que este año es especial para el santaneco, ya que por tercera ocasión participará en los Juegos Parapanamericanos, que en esta oportunidad será en Santiago de Chile, competencia para la que se ha preparado y en la que espera obtener una medalla.
“Este año es especial para mí. Los Parapanamericanos son especiales, ya que es la tercera ocasión que competiré. La primera vez lo hice en los Juegos de Río 2007, no contaba con la experiencia suficiente, pero hice mi mayor esfuerzo; también estuve en Lima 2019, en donde me ubique entre los mejores cinco, y ahora en Santiago 2023 quiero lograr un podio”, aseguró Melvin.
La confianza y la fe de estar en el podio es parte de su preparación, pues Muñoz sueña con obtener en esta oportunidad una medalla, por la que ha trabajado en gran parte de su carrera deportiva.
“Siento que ya encontré el camino de cómo poder ganar los partidos, esto junto al entrenador Gerson Villalta, y ahora somos muy optimistas. Así que, con la fe puesta en Dios, vamos a luchar por un podió en Santiago”, expresó.
Este objetivo para Muñoz está vivo desde la primera presentación en Parapanamericanos y aunque no todo ha girado en torno a esa meta, es una que quiere cumplir en este 2023.
También es importante recordar que, entre los mejores resultados que ha logrado el santaneco se encuentra el quinto lugar individual masculino en la clase 10, alcanzado en los Juegos Parapanamericanos Lima 2019; así como el segundo lugar por equipo XD20 y tercer lugar en individual, en el Abierto mundial paralímpico brasileño de tenis de mesa 2022.
Para Muñoz uno de los logros más grandes que ha alcanzado en conjunto con su familia es ver a sus hijos (Samirah y Melvin Muñoz Trigueros) practicar de forma competitiva el deporte que lo ha llevado a buscar siempre su superación.
“Todo mi trabajo y mis triunfos en el deporte han sido gracias al apoyo incondicional de mi familia. Mi esposa ha sido excepcional, siempre ha comprendido el esfuerzo que he hecho para estar activo a nivel profesional y cuento con la fortuna que mi deporte amado ha sido transmitido a mis hijos”, aseguró Muñoz.
Pero no todo fue fácil, ya que a la mayor de los Trigueros Muñoz no le gustó, en un principio, el tenis de mesa.
“Recuerdo que mi hija mayor cuando conoció el tenis de mesa no fue un amor a primera vista. El amor por este deporte no fue de entrada. A los siete años intenté enseñarle a jugar, pero no creó esa conexión al instante con el tenis de mesa, como me pasó a mí. Pero al verme jugar contra un japonés que se encontraba en el país como oluntario, eso la motivó y fue cuando por fin me dijo que quería practicarlo”, manifestó el paratleta.
La historia fue diferente para Melvin Jr., pues ver a su hermana jugar tenis de mesa, le motivó a activarlo cuando apenas podía tomar con una mano la raqueta.
“En ese entonces su hermano tenía 4 años y al ver a Samirah jugar, empezó a dar sus primero golpes con la raqueta. En ese momento no alcanzaba la mesa, ese fue el instante en el que inició en este deporte, sus pasos en el tenis de mesa. Hoy, verlos competir y apoyarse en un logro de familia y que disfruto y sufro en cada competencia en la que participan”, aseguró Melvin
Hasta la fecha, los resultados de sus hijos son su orgullo. En el caso de Samirah, logró un tercer lugar en Hopes Regional Centroamericano, primer lugar en el Campeonato Nacional sub 15 femenino; también obtuvo un segundo lugar sub 18 y un tercer lugar en el Abierto Nacional por edades categoría libre femenino.
Mientras que Melvin Jr. ganó un tercer lugar en el Hopes Regional Centroamericano, mismo resultado logró en el Campeonato Centroamericano Masculino sub 11; mientras que a nivel nacional ganó primer lugar en el sub 11 masculino y segundo lugar en el sub 13 masculino.
