Por Odir Sánchez/Periodista La Edición

El reconocido periodista de vieja trayectoria Odir Sánchez, nos cuenta su experiencia tras haber vencido el coronavirus (Covid19) y da gracias a Dios por su pronta recuperación quien vivió en carne propia los desafíos del virus. Esta es su historia.

El COVID VS ODIR.
Si, es una lucha, no es fácil pelearla, te tumba, te agobia, no te deja respirar, pero hay que luchar la buena batalla.
Se vale de todo, el virus buscará derribarte para aprovechar ese momento y ganarte la lucha, lanzará su feroz ataque sin misericordia, se levantara te verá en el suelo, y con risa sarcástica dirá he ganado la batalla.
Tumbado, mas no derrotado abrí mis ojos y quien tenía una risa sarcástica ahora era yo, el virus me miraba y no entendía, dije que es una lucha donde se vale de todo, y decidí engañarlo hacerle creer que era conmigo con quien peleaba, había un ser superior quien recibió los golpes más severos , y yo solo era lo que el virus miraba, yo estaba golpeado pero aun con fuerza, gracias al escudo de Dios que absorbió todo los golpes , mi estrategia había dado resultado.
Poco a poco me fui levantando, me puse en pie, tambaleante, cure mis heridas y regrese al combate y no volví a caer, Dios me sostenía y peleaba por mi.
Mientras yo libraba este lucha, mi mente también estaba en mis padres, ya que el COVID se ensaño en ellos primero y en su etapa más crítica, me atacó a mi, su estrategia, terrorífica de debilitarme al ver a mi padre contra la pared casi da resultado cuando el médico dijo esta semana es decisiva o la libramos o nos deja. Mi madre tenía mejor pronóstico.
Ante esto decide callar mi condición de salud a mis padre, para que no se complicara más de lo que ya estaban.
No conforme con eso, el muy cobarde decide darme otro golpe bajo y contagia a mi esposa, quien hasta ese momento era mi enfermera de cabecera. Las manos que Dios uso en la tierra para darme consuelo y esperanza de no desmayar y curar mis heridas por mi lucha con el COVID.
Se le veía una sonrisa de oreja a oreja al virus, sin duda dijo ya gane.
Aún convaleciente , mi esposa continuó cuidando un día más de mí, sus fuerzas bajaron y debió reposar y aislarse. Para darle el relevo a mi otro bastión en mi lucha, mi hija. Toda una valiente enfrentó sin miedo, salió a la calle por los medicamentos y otras necesidades. Hasta hoy no sabemos si se contagio o no, pero eso ya es parte del plan de Dios de guardar a ese ángel que pese a su juventud, actuó con madurez y responsabilidad.
Sin duda ya la lucha era extenuante, el virus no se rendía y yo menos, y ya no digamos Dios, Él fue siempre fiel, nunca me abandonó.
En esta lucha una vez más, el virus, contraataco, lanzó su furia a mis pulmones y me llevó al hospital, con el poco aire en los pulmones, Dios me sostuvo en pie. No estaba dispuesto a caer de nuevo al suelo.
Se presentaron los días más críticos de esta lucha, yo sin fuerzas, pero, Dios me sostenía y cuando yo no pude levantar mis manos, fue el padre celestial quien me cubrió con su sangre y el virus no pudo lograr su objetivo, ganar la batalla.
La escena del combate cambió, ya en hospital, Dios siempre al frente era quien peleaba sólo contra el virus, yo no podía levantar ni las manos, el amor de Dios me fue dando poco a poca fuerza, tome el último aire y comencé de nuevo a luchar de la mano de Dios.
La victoria estaba difícil , muchos han perdido contra el COVID, y no es que Dios los abandonó, simplemente la voluntad del padre celestial no tiene que ser cuestionada, aunque nos duela el alma.
Y como yo estaba aún en pie, luchando, me aferre a la mano de Dios para tumbar al coronavirus de una vez por todas, oración y mucha fe fueron los ingredientes que me llevaron a ganar la batalla. Dios uso todo un ejercito de familiares, amigos, hermanos que se unieron en oración para ayudarme a salir en victoria.
Hoy al ver atrás, y observar las marcas en mi cuerpo de esta batalla, no me queda más que reafirmar mi fe en Dios, depender cada día más de él, y pedirle al espíritu santo me indique cual es el significado de salvar mi vida y cual es el destino que Dios hoy necesita que yo cumpla. Pido sabiduría para entenderlo y no fallarle a Dios como él no me fallo a mi en esta lucha.
Médicos, enfermeras , amigos, familia, iglesia, también fueron fundamentales en esta lucha, Dios puso a cada uno en la escena indicada para poder ganarle al COVID.

Foto la Edición / Cortesía

PD.
MI ESPOSA, MIS PADRES TAMBIÉN GANARON SU BATALLA.
Mi hija no presento sintomas y se mantiene saludable.

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