La Edición/ Cortesía
Dirigentes, líderes y candidatos a puestos públicos de varias naciones han visto en El Salvador un ejemplo de cómo se puede pasar de ser el país más violento y peligroso del mundo a ser el más seguro de América Latina. Estos son los resultados positivos e irrefutables obtenidos por la sólida estrategia de seguridad del Gobierno del Presidente Nayib Bukele.
Con valentía, este Gobierno se fijó el objetivo de acabar con las pandillas terroristas, que por décadas sembraron el terror y la muerte entre los salvadoreños. Cuando les declaró la guerra, a través del recurso constitucional del régimen de excepción, las desarticuló en un poco más de un año.
El combate a esos grupos criminales ha dejado más de 68 mil pandilleros capturados, por lo que los homicidios se mantienen en una reducción sostenida y en lo que va de la gestión del Presidente Nayib Bukele se registran 383 días con cero asesinatos.
“El país más pequeño de América es ahora ejemplo para países más grandes, países que cuentan con más recursos, porque nuestros logros en seguridad son irrefutables. El Salvador es otro país. Eso no lo puede negar nadie, ni siquiera la oposición”, ha enfatizado el Presidente Nayib Bukele.
La estrategia de seguridad del Gobierno, que incluye el Plan Control Territorial y la Guerra Contra las Pandillas, avanza a paso firme para lograr que El Salvador sea el país que todos los salvadoreños honrados merecen.
Los resultados positivos en el combate a los grupos terroristas mantienen a las comunidades con paz y tranquilidad, ya que el Estado mantiene el control en todo el territorio nacional.
Ahora la normalidad es que no se registren homicidios y que en las comunidades las pandillas no impongan sus actividades violentas y que se respete la ley.
“Hoy, la normalidad de los salvadoreños es caminar a las nueve de la noche en su comunidad, cruzar una calle antes prohibida o jugar en el parque con amigos de otra colonia. Hasta hace poco tiempo esas cosas sencillas eran impensables en El Salvador”, resume el legado que se ha construido en el país con el liderazgo del Presidente Nayib Bukele.