Cortesía INDES
Sin importar el país, cultura, idioma, acento o edad, la emoción es la misma al momento de compartir e intercambiar pines entre atletas y voluntarios participantes de la vigésima cuarta edición de los Juegos Centroamericanos y del Caribe San Salvador 2023.
Portar insignias especiales para ser reconocidos es la clave para luego intercambiarlas con otros atletas o voluntarios, lo que se ha vuelto una tradición y se mantiene viva en esta justa regional, como un símbolo de unidad.
Esta es una de las actividades que se destaca en cada cita deportiva internacional y la Villa Centroamericana y del Caribe no es la excepción, en donde se pueden apreciar atletas con sus cintas porta carnet (lanyard) llenos de pines de los diferentes países participantes, pues los lucen como si de una medalla se tratara.
“Es una experiencia única la que estamos viviendo con mis compañeros, llevarme un pin de cada selección de la cual intercambio me llena de mucho orgullo, es una experiencia muy bonita”, destacó el colombiano Víctor Morales, seleccionado de fútbol playa.
Para solicitar el intercambio, los atletas y voluntarios toman en cuenta cada detalle, así como colores, formas, diseños, tamaños y materiales, de esta manera deciden cuál quieren llevar a casa como recuerdo.
Ningún atleta, delegado o voluntario quiere marcharse de la Villa sin obtener o intercambiar un pin, ya que de esta manera se abre paso también a un intercambio cultural que encamina a establecer una amistad y fortalecer el compañerismo entre ellos.
“Para mí significa que aparte de tener un intercambio cultural, también es una manera de tener cierto agrado entre los atletas, es algo afectivo que se da entre todos; mis pines me los he ganado ayudando a los atletas”, mencionó Gabriela Contreras, voluntaria en la Villa Centroamericana y del Caribe.