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Hoy se cumplen 20 años del terremoto que sacudió a El Salvador el 13 de enero de 2001. A las 11:35 a.m., durante 45 segundos, el suelo vibró tanto que sacudió toda la cadena volcánica a lo largo del territorio.
Uno de los lugares más afectados fue la colonia Las Colinas, en Santa Tecla, La Libertad, donde más de un centenar de viviendas quedaron soterradas cuando se desprendió una porción de la Cordillera del Bálsamo.
Con una magnitud de 7.7, la energía que liberó fue la equivalente a 360 bombas atómicas. El epicentro del sismo fue localizado a 18 kilómetros de la costa de Usulután, a una profundidad de 60 kilómetros, e impactó a 11 de los 14 departamentos del país.
En aquel entonces, no existía una sistema de monitoreo sísmico 24/7 ni se contemplaba establecer sistemas de alerta temprana por sismos, a pesar de que Centroamérica está situada dentro del “Cinturón de Fuego del Pacífico”, un camino ubicado a lo largo del océano Pacífico caracterizado por volcanes activos y terremotos frecuentes.
A diferencia de hace 20 años, El Salvador cuenta hoy con procesamiento automático de localización de sismos que permite validar la información de manera técnica con más rapidez y obtener, en minutos, datos preliminares, datos finales y mapas de intensidad instrumental.
Una amplia red de más de 60 estaciones sísmicas distribuidas a lo largo y ancho del territorio permite llevar la información precisa al Sistema Nacional de Protección Civil y a la población en general, para 2001 solo seis estaciones funcionaban. Es importante indicar que la red actual de monitoreo sísmico se encuentra en un proceso continuo de mejora.
De acuerdo con el Ministro de Medio Ambiente, Fernando López, para este 2021 se proyectaban mejoras en cuanto a sistemas de alerta temprana, incluyendo en tema sísmico, pero hubo un bloqueo por parte de la Asamblea Legislativa. “Tuvimos un recorte de 10 millones de dólares por parte de la Asamblea. Parte de este proyecto de inversión iba al fortalecimiento, al mejoramiento y modernización de nuestros sistemas de alerta temprana”, dijo en declaraciones a la prensa.
A pesar de ello, el ministro López destacó el trabajo continuo y señaló que “estamos preparados, estamos innovando y queremos hacer un mejor trabajo”.
Modernización del sistema de monitoreo sísmico
En la actualidad, nuestro Observatorio de Amenazas y Recursos Naturales es el primero, dentro de la región centroamericana, en instalar siete nuevas estaciones sísmicas de alto rendimiento de 25 que son parte del proyecto Alerta Temprana por Sismos (EEW por sus siglas en inglés), que se desarrolla con el apoyo financiero de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE).
Alerta temprana significa avisar de un temblor de tierra inminente antes de la llegada del movimiento fuerte y destructivo. No es una predicción de terremotos a largo plazo o incluso a corto plazo.
Las alertas pueden ser provistas con unos pocos segundos de tiempo de advertencia cerca del epicentro y con decenas de segundos para los terremotos con epicentro en el océano o lejanos al territorio.
La alerta temprana funciona muy bien, en particular para este último caso, ya que las ondas sísmicas tardan más tiempo en llegar a las zonas pobladas.
El total de estaciones estarán instaladas en lugares claves a mediados de este 2021. Puerto de Acajutla, Loma Larga (Panchimalco), Jucuarán, Jayaque, San Francisco Gotera, San Francisco Menéndez y Aeropuerto Internacional son lugares donde ya funcionan estas nuevas estaciones.
Desde nuestro Observatorio de Amenazas también compartimos datos con Observatorios de la región, para que la ubicación sea más precisa cuando se trata de sismos de subducción como en el caso del evento ocurrido aquel trágico sábado 13 de enero de 2001. Cuando se trata de sismos locales, los equipos instalados en todo el país permiten interpretar el mecanismo de generación de la actividad sísmica y evaluar los efectos por ella causados.
Foto cortesía de Comandos de Salvamentos